-¡ERES UN MALDITO DEMONIO! ¡Te odio!¡Me das asco!-grite con todas mis fuerzas mientras mis lágrimas caían por mis mejillas. -No, tú das asco princesa-sonrío con esa sonrisa maliciosa que tanto odiaba-¿Sabes por qué te llamaba "princesa"?-Hizo comillas con sus dedos en la última palabra y su sonrisa se ensanchó mientras yo trataba de liberarme, pero él tomo mi mentón y me miró a los ojos con tanto odio hacia mí que me quebraba un poco más como si fuera posible- Te llamaba así por qué todo era un cuento, adiós princesa-Soltó mi mentón y se dio media vuelta para irse dejándome cabreada, herida y sobre todo rota.