Lo que pasa en Atlanta entre Raoul y Agoney es culpa del vodka. O esa es la excusa, al menos.

Raoul es cantante. O al menos lo es en su corazón. Agoney, sin embargo, es cantante, de esos de verdad, de estar en las listas de éxitos y todo. Pero a cantar no es precisamente lo que Agoney le enseña a Raoul. Libertad.

Raoul odia viajar, pero hace un esfuerzo para poder ir a visitar a sus amigos de toda la vida por cinco días. Y, no lo dirá en alto, pero si está nervioso (aunque sea un poco) solo es porque hay un apartamento esperando por él con Agoney como única compañía.

Una tormenta. Un pasado del que huyes. Una nueva oportunidad para sentir. A veces hay que dejarse llevar y saltar al vacío. Una historia de piel, sexo y principios. Un reto.

"i wanna love you with the lights off"

¿Qué harías por probar nuevas experiencias?

Raoul definitivamente cree en el destino, su historia es un ejemplo de ello.

"me enamoré de sus lunares y el color de sus ojos, de sus manías y sus defectos me enamoré de lo bonito que besaba y lo bien que se sentía su piel, de la dulzura de sus palabras y la sensualidad de sus movimientos me enamoré de todo él y no quise darme cuenta de que le estaba dando mi corazón a alguien que ya tenía dueño"

¿Qué recordará Raoul?

ONE-SHOT Pero Raoul era humano, por más que Agoney se encaprichara en la idea de que su novio debía ser un semidios o algún otro tipo de deidad, y un diciembre particularmente frío logró tumbar al rubio en la cama por un par de días. [Publicado también en Archive of Our Own]