Hola, vecino... ¿Tienes sal?
Cuando tu vecino es un dios griego digno de ser alabado como se merece y deseas desesperadamente hablar con él, no se te ocurre otra cosa que llamar a su puerta y pedirle sal.
Cuando tu vecino es un dios griego digno de ser alabado como se merece y deseas desesperadamente hablar con él, no se te ocurre otra cosa que llamar a su puerta y pedirle sal.
Hannah es una adolescente de dieciséis años enganchada a las redes sociales. Pero un día recibe una solicitud de amistad de Facebook de un chico llamado Alex Crowell. Al aceptarla, descubre en el muro de Alex que está desaparecido y lo han dado por muerto. Y luego pasa algo todavía más escalofriante: recibe un mensaje...
No me hables. No me mires. Ni siquiera te atrevas a respirar cerca de mí. No me agradas, no te agrado. ¿Por qué te empeñas en pasar aunque sea un segundo de tu día conmigo? hablarme, molestarme, aunque sea ¿mirarme? Somos como el agua y el aceite. Solo traes problemas. Aunque.. tal vez me gusta que me causes problemas...