Márcame
Siendo siempre señalado como hijo prodigio, ejemplo a seguir. Con los ojos de los demás y peso de las expectativas, su espalda estaba agotada. Tsukishima Kei estaba cansado a sus cortos 16 años. En una desenfrenada rebeldía hormonal fue directamente a lo que deseaba hacer para joder a sus padres. Y su primera desició...