Soy Verónica Wells, tengo diecisiete años y vivo en Inglaterra. Después de todo un año dedicandome exclusivamente a estudiar, por fin estoy de vacaciones y quiero recuperar todo el tiempo perdido. Daré las mejores fiestas, besaré labios que en todo un año no pude, y la pasaré bien.

(LIBRO 1 DE LA DUOLOGÍA | TERCERA EDICIÓN) Reiniciar tu vida no siempre es una tarea sencilla cuando miles de tormentas se encargaron de dejarte miles de heridas. La adaptación no parece ser un problema al principio, pero a veces llega alguien para moverte el mundo y destrozar mucho de lo que lograste. Elige bien con quién meterte, no siempre es el infierno el que se encuentra sobre tu cabeza, a veces está en frente tuyo. ❝Un amor que genera una traición, traspasa los límites y trae consecuencias ❞ ¿Te vas a limitar a leer la historia que te tienen por contar tres protagonistas? - Portada diseñada por: asterielly © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS "Sé que tienes la capacidad de imaginar y el respeto de no plagiar"

Publicación 6 de mayo Por circunstancias del destino, Amanda y Nate, dos personas que no se soportan, se ven envueltas en una falsa relación, fingiendo ser novios. Fingiendo amor. Amanda Berrie se ha pasado prácticamente toda su vida fingiendo. Finge que no le importa el comportamiento de su madre. Finge que soporta a su hermano pequeño. Finge que no está enamorada de su ex novio. Finge que no odia a su "mejor" amiga. Finge que está feliz con su vida. Nate Lewis es un mimado. Nate Lewis siempre ha obtenido lo que ha querido sin hacer el mínimo esfuerzo. Nate Lewis piensa que no es importante para nadie. Pero Nate Lewis es también la primera persona con la que Amanda es Amanda, con la que no tiene que fingir. Y Amanda es la primera persona con la que Nate se siente especial, se siente alguien, se siente importante. ¿El problema? Porque siempre hay un problema... Ellos ya están fingiendo. Fingiendo amor. ************************************************ Obra registrada bajo el código 1601246325538 Queda prohibida su adaptación total o parcial.

Cuando tu vecino es un dios griego digno de ser alabado como se merece y deseas desesperadamente hablar con él, no se te ocurre otra cosa que llamar a su puerta y pedirle sal.