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Crecimos en el mismo mundo, ambos sabíamos como funcionaba. Fue nuestra decisión escoger este camino dejando nuestra vida privada atrás. Aunque quisiéramos mantener algunos asuntos privados, era prácticamente imposible. Nos tocaba cuidarnos, hacer las cosas cautelosamente. En nuestra vida, la clandestinidad era nuestro mejor amigo.
Cuando los sentimientos son reales, es difícil intentar esconderlos. Hay tantas cosas inevitables en la vida, situaciones que pasan inesperadamente y una vez te atrapan no hay vuelta atrás. Inevitable fue haberte conocido, haber sentido esa conexión que nos envolvió. Inevitable haberte sonreído y que me sonrieras, mirarte y no quererte. Inevitable mi sonrisa delatadora cuando me preguntaban por vos, fingiendo ser amigos, incluso entre los dos.
Inevitable vos y yo juntos, queriéndonos justo, cuando nadie ve.