Despertar una mañana y encontrarte en tu habitación al chico que inventaste en la historias que escribes... es uno de los sucesos más imposibles de la vida. Al menos eso pensé cuando pedí aquél deseo. Un sueño hecho realidad, ¿no es así? Hubiera sido el principio de una vida feliz, si no fuera porque luego de aquel día, el secreto de mi familia comenzó a salir a la luz, y las consecuencias que aquello traía, también. Esta es una historia donde nada es lo que parece. Anteriormente la segunda parte estaba publicada de manera independiente. Decidí publicarla aquí. Dejando el libro como "Mi chico de libro" con parte I y II. Cualquier duda, me avisan.

-¿Qué quieres de mi Eric? Te lo he dado todo-le grité fríamente y sin mirarlo, ni girarme- Me he entregado a ti, te he dado mi tiempo ,mi alegría, mis risas, mis llantos, mis sueños e incluso mis secretos-sentía un gran nudo en mi garganta que apenas me dejaba respirar-Ya no tengo nada más, déjame en paz-le pedí llevando mis manos a mi cabeza. Él se acercó a mí, no retrocedí, pero tampoco lo miré. -Ma belle yo...-dudaba, se pasó la mano por el pelo nervioso, como si se lo estuviera peinando aunque como siempre, lo único que consiguió fue alborotarlo más. -¿Qué más quieres?-susurré atorada por mis propios sentimientos. -Quiero darte un beso.