Leo Kingsdale necesita dar un cambio en su vida, y este se presenta con una nueva oportunidad laboral en Las Vegas. Dejando atrás un relación tóxica y un trabajo donde le oprimen, está decidido a empezar de nuevo en el Hospital Altare; un sueño para muchos. Pero la poderosa familia que lo gestiona tiene muchos secretos, casi tantos como la suya propia. ¿Podrá ese duende de ojos verdes con el que se a topado mantenerlo a salvo? Quizás eso no sea tan importante como el arriesgarse a mantener a su lado a esa criatura tan especial, aún sabiendo que sus propios secretos acabarán alejándola de él.

Adrik no puede escapar de la atracción que siente por ella, pero no puede hacer nada más que observarla en la distancia. El tipo de vida que lleva es algo que no todos pueden soportar, y aunque Avalon ha crecido dentro de ella, está luchando fuertemente por alejarse todo lo que puede. Por amor uno sacrifica lo que sea, incluso su propia felicidad.

¿Quién dijo que una misma situación no puede generar dos historias diferentes? Este historia corta estará simultáneamente aquí en mi perfil y en el Anne Aband, pero si bien los dos primeros capítulos serán completamente idénticos, el resto de la historia no lo será. Si no te gusta esta, siempre puedes leer la otra, o simplemente leer las dos y comparar. Sinopsis; El padre de Alex es el dueño de una fábrica de dulces y caramelos. Para poder tomar el relevo, su padre le dice que debe no solo conocer el funcionamiento de la fábrica, sino a todos sus empleados. Y ahí es donde comienza todo este lío.

Owen es un controlador, le gusta ir por delante de todos, estar preparado para cualquier amenaza. Es lo que ha aprendido desde muy joven, porque sabe que de ello depende la seguridad de los suyos. Por muy difícil que sea la situación, él siempre mantiene una fría calma, o al menos lo hacía, hasta que apareció ella y acabó con la paz de su alma. Besarla o estrangularla, todavía no sabe qué hacer con ella.

Paula no es como las chicas de su edad, ella es una ratita de biblioteca, aunque una muy mañosa. Tan pronto te cambia un neumático pinchado, sirve mesas en una boda de más de 100 invitados, como destripa contratos para encontrar agujeros legales. Pero aunque parezca una guerrera a la que no se puede tumbar, es más delicada y vulnerable de lo que la gente piensa. Que alguien piense que puede utilizarla no la había importado antes, porque era consciente de ello, pero que la engañen... Ha llegado el momento de rebelarse, y aunque no quiera, va a hacerlo con todas las consecuencias.

Bianca siempre ha pensado en los demás antes que ella, pero algo ocurre en su vida que la hace despertar. Por primera vez en su vida se vuelve egoísta, quiere ser la que reciba todo lo que él puede dar a una mujer.

Gabi es una mujer joven y moderna, a sus 23 tiene todo lo que cualquier otra puede desear; una familia que la quiere, un trabajo que la gusta... Pero lo que siempre ha deseado y nunca ha podido conseguir es al hombre del que se enamoró de niña: Drake. Pero cuando él se casa con la que siempre ha sido su competidora, la ira la lleva a cometer el mayor error de su vida. ¿Puede una noche loca traerle lo que necesita?

Solo hay alguien más peligroso que un Vasiliev cabreado, y es un Vasiliev que lo ha perdido todo.

Briana había disfrutado siendo la pequeña de la familia, hasta que Jed se cruzó en su camino. Entonces, dejó de ser divertido. Tenía que hacer que dejara de verla como una niña, y descubrir a la mujer que era. Pero cambiar su modo de verla no era lo único, tenía que competir con el resto de las mujeres que lo acosaban, y además de ello, ganar. Necesitaba ayuda para conseguirlo, y quién mejor que una persona a la que admiraban tanto hombres como mujeres; Elsa. Elsa tenía una dura tarea por delante, convertir a Briana en una cazadora. Pero los retos nunca la asustaron. Jed podía darse por perdido.

La venganza puede ser un objetivo, pero nunca será un final. Elsa vio en la venganza una salida a su resentimiento, acabar con aquellos que se llevaron la vida de su mejor amiga. Pero el destino es caprichoso, y pone en tu camino lo que no estás buscando. El amor no entiende de momentos oportunos.