Camino de Tiza
Había una vez una Torre que lo dominaba todo y una tierra vuelta cenizas. Allí se encontraron un homúnculo sin nombre, una niña que contaba cuentos y un esclavo que también era un artista. No tenían nada en común, salvo que no eran dueños ni siquiera de sus propias vidas. Pero, a veces, solo eso es suficiente. En rara...