Daniela no sabía cuánto podían divertir unas esposas hasta que un caliente agente de la DEA la arresta, las cosas pueden salirse de control rápidamente. El problema es cuando los sentimientos surgen. Darren es demasiado correcto para aceptar a una criminal como Daniela. (No es necesario leer las dos historias anteriores, pero se podrían hacer algunos spoilers).

-Sólo son tres reglas . La número 1 . Desde ahora en adelante eres solo mía , de mi propiedad . La número 2 . Ningún hombre podrá tocarte al menos que sea yo y Regla número 3 . Te casaras conmigo . Quieras o no . - Dijo su voz intimidante Mandándole escalofríos a todo mi cuerpo . Levanté la cabeza y lo miré a los ojos desafiante . - Primero no soy ningún objeto , segundo no eres nadie para decirme quien debe tocarme y quien no y tercero , Para casarse hay que amarse y conocerse . Yo a ti no te conozco y mucho menos te amo . Que me hayas comprado no significa nada - Dije cortante - No estoy diciendo que eres un objeto , soy tu dueño y por ultimo no te amo , solo te he escogido para amar . Quieras o no , eres mía - Dijo con su voz gruesa y dura . Estaba enojado . - Eres un maldito mafioso compulsivo - dije queriendo llorar. - Tu mafioso compulsivo - me respondió . - Mi mafioso compulsivo ? - susurré Él era El mafioso Steve Allen , al que todos le temian por su apariencia seria , implacable y fuerte con un pasado que lo hacia ser astuto , único y compulsivo . Ella era la chica Scarlett Miller , la chica sin pelos en la lengua , Sexy y con la belleza que cualquier mujer quisiera tener . Los dos con pasados muy diferentes pero con la misma necesidad de sentirse amados. Ella con esa sonrisa . Él con esa voz , con esos ojos . si su sonrisa matara , ella fuera mi arma de fuego Si su mirada congelara , viviría helada . Steve y Scarlett . ( Secuela de La reina del mafioso ) No es obligatorio leer la reina del mafioso para poder leer esta novela .

-Ahora, escuchame con atención nena, les vas a decir que retrocedan, o si no, te volare la cabeza- Susurra contra mi oído, ejerce presión en mi cabeza con su arma, mi cuerpo tiembla de forma incontrolable, las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Nunca imagine, que el chico apuesto que iba a mi lado en el avión sería un buscado narcotraficante. (No es necesario leer la historia anterior, pero se podrían hacer algunos spoilers).

-Ahora eres mi sugar baby, solo mía- Murmura mirándome fijamente, frunzo levemente mi ceño, apesar de que él es muy apuesto, hay algo siniestro en su mirada, su mirada no deja la mía, me obligo a sonreír de forma fingida. Nadie me advirtió cuanto cambiaría mi vida a partir de ese momento. Obra registrada. Derechos de autor.©

Stephan Miller era inteligente, atractivo e insoportablemente millonario y poderoso. Solo había una cosa que se negaba a aceptar... Ella no lo quería. Charlotte Archivald era una joven hermosa, de caracter fuerte y emociones perplejas. Solo habia una cosa que no entendía... Él no aceptaría un No como respuesta. Primera parte ✓ *Queda prohibido copiar o adaptar ésta historia, de lo contrario será reportado inmediatamente. Los derechos de la historia don míos en totalidad*

Benjamín vivía lleno de adicciones. Adicción a los deportes extremos. Adicción a las fiestas. Adicción a terminar en la cama de cualquier chica sin siquiera recordar de dónde había salido. Adicción a las sustancias psicotrópicas. Adicción a tomar bebidas alcohólicas hasta perder el juicio. Adicción en meterse en problemas. Adicción a no seguir las reglas. Pero su mayor adicción definitiva e indúdablemente era ella... La pequeña Lissel.

Todo empezó cuando su madre sufre un accidente, su padre acude a Alexander para pedir un préstamo de dinero. Pero no resulta muy bien y Alexander va para que le pague el préstamo pero el no lo consiguió en totalidad. Ese día para ella cambia su vida. Historia totalmente creada por mí.... Todos los derechos reservados

Ella lo tiene muy en claro volveré por lo que me ha quítado volveré por la revancha Charlotte sabe que iré por ella... se qué me esta esperando No importa dónde esté.... Ahí estaré Segunda parte ✓