En ese momento mi mundo se vino abajo, mi cara palideció y mi corazón se convirtió en un trozo frío y duro como su de un tempano de hielo se tratase, de repente no sentía ni los brazos si quiera. Ella era la chica de la que me enamoré con solo verla, ella era la chica más bella por dentro y por fuera, había intentado suicidarse. Si otra persona me lo contara ni si quiera me lo creería. -Yo lo siento pero todos tenemos algo oscuro, algunos más que otros. Si a partir de ahora me miras con ojos diferentes, lo entenderé; si me crees una idiota, lo entenderé, si piensas que ya no merezco más la pena, lo entenderé; pero, por favor, lo que no entenderé es que me juzgues. Porque nadie puedo hacerlo, y menos alguien que nunca se ha sentido solo, ignorado y hasta repudiado por todo el mundo.- Sus preciosos ojos brillantes pasaron a tener un color opaco y se llenaban de lágrimas que salían de ellos como si de un grifo tratara. Se alejaba poco a poco de mí como si ella fuera un monstruo y no se daba cuenta de que para mí siempre ha sido como Brave la princesa fuerte y valiente. Le agarre las manos, las mías, frías, se calentaron con la luz que ella desprendía hasta llorando y aquellos preciosos grifos se cerraron convirtiéndose en el beso más dulce y cálido que jamás había tenido

- Por favor mi princesa, no sé que hacer sin tí, estoy tan jodido - bajó la mirada - La verdad no sé como hacer esto, nunca le tuve que dar explicaciones a nadie porque me valía mierda lo que pensaran, pero ahora eres tú. Le levanté la mirada tenía sus ojos cristalinos, lo hice mirarme - No me hagas esto