Se dice que hay vida después de la muerte, bueno, yo se que sí. Me llamo Tatiana y acabo de despertar de un sueño de más de mil años ¿creen que estoy bromeando? Pues no. Me dieron por muerta a los 15 años, fallecí por una enfermedad terminal, y adivinen qué, mi hermano no aceptó mi muerte. Él tuvo mi cuerpo sumergido en nitrógeno líquido y hielo para que no entre en descomposición, y todos los días pacientemente bombeó mi cuerpo con sangre rica en oxigeno, manteniéndolo así por años. Con el tiempo la medicina y tecnologia avanzo, pusieron nano-robots en mi cuerpo, con esa tecnología, y mi cuerpo bien preservado y cuidado… lograron devolverme a la vida... Acabo de despertar, no sé qué año es, donde estoy o como terminé aquí. No sé quien me cuido, quien me trajo, nada.

Ana tiene 16 años y se niega rotundamente a enamorarse. Sin embargo, su mejor amiga, Lucía, le apuesta que no va a poder escribir 10 Razones para no enamorarse sin enamorarse...

Valeria está harta de que su amiga Julia le diga que debe enamorarse. Las disputas familiares no la han dejado creer y es por eso que, en un acto de enojo, le dice a su amiga que hará una lista para probar que enamorarse es malo. Cuando está leyendo tranquilamente bajo el gran árbol; llega un chico pelirrojo llamado Max, quien le traerá un gran problema para seguir con su lista, aunque tal vez también le pueda enseñar más de lo que cree. Ella es una chica malhumorada y Max es el chico más inocente que ha conocido. Finalista a los @PremiosWatty en la categoría: Adolescentes en Ascenso HISTORIA PROTEGIDA POR DERECHOS DE AUTOR Código:1311229412 En proceso de corrección por @EditorialPrime