¿Alguna vez has oído hablar de las princesas de los cuentos de hadas? ¿Aquellas de hermosas vestiduras y príncipes encantadores que siempre terminan salvándolas? Esas princesas que pareciera que su vida está incompleta hasta que finalmente llega su único y verdadero amor. De esas que tal parece que su existencia no tiene significado alguno, más que el de ser salvadas, casarse con el príncipe azul y finalmente obtener su felices para siempre. Muy bien, porque la protagonista de esta historia no es una de ellas.