Cuando Summer West se traslada a California, nunca pensó en aceptar el trato del Quarterback más popular del High School Santa Mónica, Dominic Faulkner, y mucho menos en tener que convivir con él bajo el mismo techo. Creyendo que sus mundos no podrían ser más diferentes, no pasaría nada por fingir una relación falsa con él si con ello, a cambio, conseguía sacar adelante sus estudios y evitar repetir el último curso de instituto. Total, ella no podría llegar a sentir nada por alguien como él, ¿no? Pero las máscaras tienden a agrietarse con el tiempo y él, al igual que ella, está compuesto de sombras y cicatrices. ¿Será Summer capaz de abrir los ojos y el corazón para ver que realmente la perfección, a veces, solo se trata de un tupido velo que cubre la realidad?

Hay decisiones que no se toman: se revelan. Como semillas que han estado ahí, esperando la estación correcta. Como puertas que no se abren hacia fuera, sino hacia dentro. Esta es una historia que se desliza entre los pliegues de lo cotidiano. Una respiración contenida. Una pregunta que desvela. Una certeza que no llega con estruendo, sino con un susurro. Habla de cuerpos que se cansan y de corazones que insisten. De lugares que aún no existen, pero ya se habitan. De voces que apenas se atreven, y de gestos que sostienen en silencio. Y sobre todo, habla de amor. Amor sin etiquetas. Amor como raíz, como construcción, como decisión. Amor en forma de duda, de espera, de gesto mínimo. Amor que no siempre se ve, pero que late en cada línea. Este libro no ofrece respuestas. Pero quizás acompañe algunas preguntas. Las más íntimas. Las que solo aparecen cuando todo está en calma, o a punto de romperse.