¿Solo amigos..?
-No dejaré que eso suceda... -musitó, agachando su cabeza hasta quedar a la altura de mi rostro. -¿Y-Yuta....? -mis ojos se abrieron lo más que podían. Nunca antes se había acercado hasta el punto de sentir su tibia respiración rozando mi nariz. El frío característico del invierno congelaba mi cuerpo en su totalidad...