Dulce asesino
Sabía que él acabaría con mi vida, mi mera presencia lo ameritaba. Y quizá, después de todo, no mereciera más que eso; había buscado mi propia muerte al conocerle. Todos nos guiamos por nuestros deseos más internos, y sabía que su único deseo era beber mi sangre a toda costa. Nadie dijo que enamorarse de un vampiro...