Un beso es solo un beso Al menos eso es lo que pensaba Sebastián Gavin hasta que Julieta Rose irrumpe en su vida e invade sus pensamientos. El intenta mantenerse lejos, pero es casi imposible. Ella es como una rosa, cuyas espinas se incrustan en su corazón y no lo dejan ir, ella es inteligente, divertida y Sebastián no está dispuesto a dejarla ir. No sin antes luchar por ella.

Dejando atrás unas increíbles vacaciones llenas de risas, besos y un nuevo novio, Julie no sabe como reaccionar cuando rumores sobre ella se esparcen por los pasillos. Rumores. Estúpidos rumores. Pero ella no se dejará intimidar. No señor. Ella hará todo lo que este en su alcance para que esto no la afecte, pero cuando una gran revelación pone su mundo de cabeza ella tendrá de decidir si se queda en lo cómodo y fácil o si se arriesga sin saber cual será el resultado de ello. Tercer libro de la serie ¿Solo un beso?

¿Cómo es que Un beso puede cambiar tantas cosas? Julieta Rose ha odiado toda su vida a Sebastián, el más arrogante y desagradable chico de su colegio, entonces ¿como es que un beso, un tonto e impulsivo beso puede hacer que ella comience a pensar en el cómo guapo y divertido? Tal vez se está volviendo loca, tal vez si pretende que ese beso jamás sucedió, entonces tal vez sus extraños y confusos sentimientos desaparezcan también. Pero ¿cómo lograrlo si tiene que verlo cada segundo de cada maldito día? Su pequeño plan de amnesia post beso se va por el retrete, pero ella hará cualquier cosa con tal de alejarse lo más posible de Sebastián, incluso si tiene que mentir y confabular en el proceso.

Fernanda casi se desmaya cuando Marco, su mayor amor platónico de toda la vida comienza a hablar con ella, pero la parte transcendental aquí es que dijo que saldría con ella si pudiera aprender a bailar… bueno, no se lo pidió literalmente, pero eso no importa. Es solo semántica después de todo. Así que Fernanda hizo lo único que se le ocurrió: Le pidió a alguien que le enseñara a bailar. Pero el camino es difícil y lleno de baches, sobre todo para alguien con dos pies izquierdos, pero no se dará por vencida hasta que sus pies estén hinchados de tanto practicar. Cualquier cosa con tal de conquistar al amor de su vida. Pero no había considerado que su profesor de danza se metería bajo su piel y le haría comenzar a olvidar porque se había metido en esto en primer lugar.