CIMIENTOS; paul mescal
A pesar de todas aquellas vidas que destruía día a día con su espada, en lo único que yo podía pensar era en la manera en la que sus manos creaban las esculturas más hermosas y sensibles que había visto jamás. La manera en la que su cincel acariciaba la piedra de la misma forma en la que sus manos tocaban mi cuerpo er...