Ana y Mimi se conocieron en una situación no muy buena, sin embargo, el tiempo y el roce puede hacer que todo cambie, pero no será tan fácil como ámbas se imaginan.
Con una mirada me hace temblar, con una sonrisa me vuelve loca, pero tenemos que mantener el control de quienes somos; yo soy su alumna y ella mi profesora.
Como un imán Miriam siempre caía en los brazos de Ana, aunque supieran que aquello estuviera condenado a la desgracia y al dolor no podían vivir la una sin la otra.