-¿Te volveré a ver?-pregunto con algo de temor a lo que pueda contestar. La quiero volver a ver, no la quiero perder, no quiero que se vaya de mi lado. -Tal vez príncipe, como tal vez no, pero créeme que lo que mas deseo es volverte a ver... Te quiero-dice y me abraza, no puedo evitar que me salgan lágrimas, lágrimas de dolor porque la mujer que he amado por años, porque mi Ángel se vaya y tal vez para siempre. -Te amo-digo y la beso, un beso que ella me corresponde, un beso lento y lleno de amor... Nos separamos y la veo alejarse para tomar vuelo a otro lugar lejos de New York.

...Todo se derrumbó, perdimos, por mi estúpida ignorancia, el odio que yacía en mí era tan grande... No quise ver lo bueno que tenía. Todo se esfumó, se quemó junto con mis alas blancas... Todo hasta aquí murió, todo por mi maldita culpa... ¡Todo por mi maldita culpa!. © All rights reserved.

Julieta Caruso, una chica bondadosa, estudiante de medicina, y amante de ayudar a los demás. Era la hija menos querida, por su deseo de ayudar a los más necesitados. Pues para sus padres, era malgastar el tiempo. Pertenecía a una familia muy rica, Los Caruso, provenientes de Italia. Su padre era realmente conocido, por la posesión de diversas empresas internacionales. Su madre, una reconocida diseñadora de moda de prestigio y también conocida por sus grandes trabajos. Su hermana Lucrezia, era la más favorita de las dos. Pues ella siempre se comportaba como una "señorita", y no desperdiciaba su tiempo haciendo "tonterías" según su madre. Los cuatro, vivían en la gran mansión Caruso. Escoltada por varios guardaespaldas, y observados siempre desde cerca por una de las mafias más grandes. Su padre cargaba con una gran deuda, con la mafia, cosa que es muy difícil de saldar. Pues la deuda se debe saldar, pagando el doble de lo que valía en un principio.