Enmalbi, una nueva palabra que nos haría a todos nosotros temblar por el resto de nuestras vidas, si sobrevivíamos. Una guerra sin fin ni piedad donde se busca la aniquilación total de nosotros, los Anmakanes, guerreros de luz nacidos para mantener el equilibrio. Criaturas de escamas afiladas y enormes alas lucharán junto a nosotros después de aprobar un duro entrenamiento tanto físico como mental. Mi nombre es Reneé y estoy dispuesta a luchar junto a mi dragón hasta mi último aliento.

Portada de María Sánchez Torrente Han pasado cien años desde que terminó lo que fue una corta guerra entre los Hijos del Dragón. Los antiguos reyes de Arakxis murieron ante el ataque de los Rebeldes y el dragón azul fue secuestrado por su lider. Ahora Senara y Arakxis ya no existen y el continente de Nasak a dejado de ser dos reinos para transformase en uno solo: el Señorío. Gobernado por el lider de los antiguos Rebeldes, y ahora renombrados los Señores del Dragón, son los amos de Nasak donde avasallan y aterrorizan a sus supervivientes con sus dragones mécánicos; unas maquinas diseñadas por la magia y la tencnología de los nigromantes que no llegó a morir nunca. Galidel, una joven guerrea mestiza (Hija del Dragón y de los Hombres) quiere ayudar a su hermano gemelo y a su grupo activista al cual pertenece para derrocar el Señorío cuando, en medio de una misión en la cual no está invitada, conoce a un joven muy apuesto de mirada salvaje que desea hacer lo mismo que ella: matar al monarca de Nasak. Lo que la joven ignora es que el hermoso joven es Kanian, el Dragón Azul y lo que Nïan ignora es que el mundo que él conoce ya no existe, que está solo y que deberá dirigirse hacía una nueva guerra por un camino muy peligroso para poder cumplir al fin con su destino. obra registrada en safe creative Código: 1306125259408

Llegados a un punto donde nadie jamás se cree que pudiera llegar.¿Por que estoy aquí? ¿Acaso es esta la forma en la que tengo que acabar? Son las preguntas que se me pasan por la cabeza al verme en esta situación. Sé porqué estoy, nadie me ha obligado. ¿o en realidad ellos han sido la influencia? En todo caso, ya da igual.Todo esto empezó al mudarme a Barcelona, a una nueva escuela, uno va con las intenciones de empezar de cero, de no recordar la anterior escuela, pero no, este lugar no es como yo creía. Puede que fuera mi forma de vestir, mi forma de expresarme, mi cara de pocos amigos… No lo sé, pero la gente solía divertirse insultándome sin conocerme. Soy nuevo, pensé, eso debe ser normal. Pero no era así, pasaron meses y ellos, sobre todo Carlos, que solía burlarse de mí, cualquier diminuta cosa era perfecta para burlarse de mí. Recuerdo cuando después de la separación de mis padres, Carlos solo se preocupo en la forma de hundirme aún más, y al parecer, sabía como hacerme daño: "Seguro que tu padre debe estar feliz, ya no tendrá que soportar la cara de mosquita muerta que tienes".Aquella frase, aquella insignificante frase, que no tenía sentido, me hizo daño, haya sido por la separación o por tantas veces que ya me había insultado, pero esa vez, no se me olvida.Todo empeoró con la separación de mis padres, siempre discutían, y cada vez que lo hacían yo subía el volumen de la música, pero aún así, podía oírles. En casa, en el instituto y más en mi interior, había un caos de problemas que hablaban constantemente y solo callaban en cada corte marcado en mi cuerpo. Odiaba cortarme, en realidad, me arrepentía al minuto después. ¿Que sería de todos si yo muriera? ¿Se acabarían los problemas para todos? ¿Se callaran todos mis dolores por una vez? Siento que debo acabar con todo, no estoy hecho para vivir, ningún corte ni ninguna pastilla más iban a aliviar el dolor que ya vivía en mí:

"Y aquella noche, entre la vida y la muerte, Zingora les dijo a sus hijos: Pasaran años, pasarán siglos y eones, pero algún día cuando vuestra sangre sea más fuerte y la raza de lo Hombres se crucen en vuestro nuevo hogar, mi marca azul en un ojo aparecerá y el elegido con una de sus princesas se desposará y los dragones podrán regresar". Para acabar con la guerra que atenaza la raza de los Hombres desde hace ochenta años, la princesa Criselda es entregada a la raza de los Hijos del Dragón para contraer matrimonio con el príncipe Varel el futuro monarca de su pueblo. Ella solo es una joven de quince años y el todo un hombre de veinticinco en la flor de la juventud de la longevidad de su raza guerrera. El ultraje que se produjo antes de la gran guerra debe ser restaurado para que el reino de los hombres sobreviva y solo un cambio equivalente podrá lograr la paz. Lo que Criselda ignora es que algo mucho más importante está en juego y que ella es la clave para conseguir que renazca una raza extinguida tres mil años atrás. Pero no será fácil, nada lo será sobretodo cuando el corazón de Criselda se divide entre su deber de esposa y los fuertes sentimientos que le despierta su nuevo hermano Xeral y a la vez los que Varel le hace sentir. Ya disponible la segunda parte: Los Señores del Dragón. La portada es un regalo de luribiza El videomultimedia es la banda sonora del libro.