Nada mejor que ser amigos, muy buenos amigos ¿Verdad?

El príncipe de Agrabah no sale del palacio. Nunca. Esa es una regla no escrita de la ciudad. Al igual que es una regla no escrita el hablar de si será buen gobernante. O si será verdad que lo único que le interesa es su tigre, y él mismo. Y sin embargo a pesar de lo que se dice ese chico, Raoul, tenía todo lo que Agoney sólo podía soñar. Y le odiaba por ello. Por vivir en un palacio, por no ver lo que le ocurría a su pueblo. Le odiaba, al igual que mucha gente de Agrabah. Le odiaban sin saber que ellos poseía todo lo que Raoul anhelaba. La libertad. Una vida fuera de una jaula de oro.

Años 30, Lawless (EEUU), época de la Ley Seca... Raoul era un niño feliz, muy casero, inocente, amable, lleno de vida... Raoul era todo eso hasta que una mafia de origen italiano dedicada a la venta de alcohol clandestino le arrebató a su familia. Ahora, con ayuda de su gran amigo Roi, se integrará en dicha familia con un solo obejtivo: la venganza, a la que solo puede llegar matando al heredero de la familia Vanneti... el joven Agoney. Fic inspirado en el anime "91 days", si no lo habéis visto, 100% recomendable 💜

"me enamoré de sus lunares y el color de sus ojos, de sus manías y sus defectos me enamoré de lo bonito que besaba y lo bien que se sentía su piel, de la dulzura de sus palabras y la sensualidad de sus movimientos me enamoré de todo él y no quise darme cuenta de que le estaba dando mi corazón a alguien que ya tenía dueño"

Raoul odia viajar, pero hace un esfuerzo para poder ir a visitar a sus amigos de toda la vida por cinco días. Y, no lo dirá en alto, pero si está nervioso (aunque sea un poco) solo es porque hay un apartamento esperando por él con Agoney como única compañía.

Cuando el instituto decidió hacer un intercambio a Nueva York, Raoul no se lo pensó dos veces y se apuntó. Tal vez no aprendiera ni inglés ni las costumbres americanas, pero sí a resguardarse con alguien bajo un paraguas para no mojarse. Hasta que el charco se hizo demasiado grande.

Raoul ha criado a su hija Nerea él solo en Ibiza. Lo que no espera es que su chiquitita quiera indagar sobre su pasado y conocer la identidad de su otro padre.

Cuando Raoul ve a Agoney surge la famosa chispa que anuncia una atracción por la otra persona, lo que ninguno de los dos sabe es que pronto ambos estarán envueltos por las llamas.

A nada de tenerlo todo.

La marca de Raoul se siente descuidada y poco querida, pero él cree que puede controlarla. O podía, al menos. Hasta que conoce a Agoney y su marca hace lo que verdaderamente le sale de los huevos.