La vida de Alba y Natalia se cruzaron hace 7 años en la universidad en la que ambas empezaban sus carreras, y se separaron hace 5 no se sabe todavía por qué. Juntas eran calidez y armonía. Todo aquel que se fijara un poco más allá, diría que, se conocían de toda la vida, y que iban a permanecer el resto de ella juntas. Eran el claro ejemplo de amor, pero no amor a secas, amor englobando todo aquello que conlleva, por ejemplo confianza, sinceridad y respeto. Adoración y admiración mutua, complicidad y honestidad, entre otras. Han pasado 5 años desde que Natalia se fue a Londres 3 meses a visitar a su hermano que vivía allí, antes de irse, ambas se prometieron que cuando volviera a Madrid, iban a empezar a buscar piso para vivir juntas. Eso nunca pasó porque Natalia nunca volvió, y Alba, a pesar de estar los 5 años intentando contactar con ella a través de cartas, nunca supo el porque no volvió. Lo último que recuerda de ella es el mensaje que la mandó cuando fue a por Natalia al aeropuerto, supuestamente volvía de Londres "Alba no voy a volver, espero que me perdones, cuídate". En ese momento el mundo se la cayó encima, y desde entonces no ha sido capaz de levantarse. En estos 5 años no ha sido capaz de olvidarla, cada día la echaba más de menos, o mejor dicho, echaba de menos como era ella misma a su lado. Alba no ha vuelto a ser Alba, es como si la faltara un pedazo de su vida ¿Volverán a encontrarse? ¿En qué situación estará cada una? ¿Serán capaces de olvidar el pasado y darse una segunda oportunidad? ¿Que complicaciones puede haber? ¿Superarán cualquier tipo de obstáculos juntas?

Natalia, una fotógrafa acostumbrada a usar su cámara como barrera entre ella y el resto del mundo, tiene que enfrentarse al reto de cuidar a su ahijada de quince meses mientras Vicky, su mejor amiga y madre de la niña, está fuera de la ciudad durante unas semanas. Sin embargo, sobrevivir a ser madre temporalmente se convertirá en el menor de sus retos cuando conoce a Alba, la pediatra de Alejandra y amante de los gatos que le pone el mundo patas arriba.

Alba y Natalia se odian a muerte, pero para su desgracia, sus padres son mejores amigos desde la escuela y toda su vida se han tenido que soportar. Para colmo, todos los años ambas familias tienen la tradición de irse juntas a una casa rural para pasar el fin de año. Están obligadas a ir y a pasar esa semana entera conviviendo bajo el mismo techo. ¿Qué podría salir mal? Pues todo. Todos los años acababan literalmente agarrándose de los pelos. Pero este año se iba a desatar la verdadera locura. 🔥

1775. En el primer navío de la mañana que zarpó de Cádiz para el Callao vínose Alba Martínez del Monte Reche, hija primera del Conde de Elche, escapando de su infortunio y la necedad de su progenitor.

Dos mundos diametralmente opuestos. Dos maneras de entender la vida. Dos líderes naturales de bandas rivales. Dos tunas estudiantiles, enfrentadas desde el inicio mismo de los tiempos, obligadas a entenderse. ¿Habrá algún cliché que no cumpla este fic? Pronto lo sabremos.

Natalia Lacunza es la modelo perfecta. Alba Reche es una fotógrafa peculiar experta en desnudar a las modelos perfectas a través de su cámara. ¿Lo conseguirá con ella?

Alba Reche, una fiscal un tanto arrogante casada desde joven con un empresario de éxito, espera la visita de su nuevo jardinero. Para su sorpresa, no es ni de lejos lo que esperaba... Pero lo inesperado no es siempre malo, ¿no? Este es un fic corto pero muy diverhot, sin dramas y con el softismo justo. Si eres una traviesilla, entra por la puerta de atrás y descubre el jardín.

Tras los exámenes, Natalia se ve arrastrada por su amigo Miki a pasar dos semanas de vacaciones en una casa rural. Allí estarán otros amigos suyos además de Alba, con la que no se lleva especialmente bien. Aunque cree que podrán evitarse durante ese tiempo e interactuar lo justo, una sorpresiva cuarentena la obligará a quedarse encerrada con todos ellos, incluyendo a la persona que menos soporta en el mundo

La gran escritora sin cara deja sin palabras a 2.300.000 lectores." Periódico El País.

La primera vez que se encontraron prácticamente ni se miraron a la cara, pero hubo más veces, y poco a poco encontraron la forma no solo de mirarse, sino de conseguir ver más allá.