Ella, una chica extrovertida, graciosa, carismática, sensible, normal por decirlo así. No lo ha tenido todo en la vida, pero es feliz. Tiene un crush como toda adolescente de dieciséis años, ella prácticamente lo acosa, pero es uno de sus pasatiempos favoritos. Él, un chico divertido, con ciertos toques arrogantes, no es un típico mujeriego pero si tiene sus ligues de vez en cuando. Lo ha tenido todo, lujos dinero y más, pero para él es como no tener nada. El sabe de la existencia de una chica que supuéstamente es su "Stalker", así que el decide acosarla ¿Por diversión? Eso habría que verlo más adelante. Dos vidas distintas, pero conectadas... ¿Por qué será? ¿Será que se acosan mutuamente? ¿Que pasaría si ambos lo hacen? ¿Te gustaría conocer a este par de Stalkers? Acomódate en en tu asiento porque se viene un viaje donde tus emociones estarán a tope. -Te miraba desde las sombras, tu no me mirabas a mí, pero me sentías.- #GamaAwards2019 ************* OJO: No acepto copias, ni nada por el estilo. Creo que todos podemos tener ideas propias.

"How dare you fucking disobey me," He grits his teeth clenching his fists while glaring at me. "Please let me go, I promise I won't say anything to anyone," I beg tears sliding down my cheeks slowly backing away from him. "Didn't I make myself clear already? You will never escape from here." My heart sinks down to my stomach. Anger quickly rising making me splutter two words I'd soon would regret. "FUCK YOU!," I scold. "What did you just say?," he grumbles his chocolate brown eyes three shades darker almost looking black. I gasp, as my back hits the wall watching him close in on me. I try to curve to the side, but he immediately closes me in by stretching both of his arms out. His hands firmly flat against the wall. "Repeat what you just said to me Madison," he evilly mutters his eyes locked with mine. "Leo please," I mumble. "You will learn to obey me," he venomously says his hot breathe hitting my flesh near my ear. Suddenly, his large hand grips my neck tightly chocking me. Both of my hands clutches onto his hand trying to free myself from his grip. "P-pl," I struggle to say while trying to breathe. I can feel the life in me slowly slipping away. My vision starting to blur in and out of focus. Leo suddenly lets go of my neck and I helplessly drop to the floor gasping for air like a fish gasps for water. I can feel tears sliding down my cheeks as I realize my life could have ended in the hands of this handsome murderer. "Recognize who you are speaking to. No one, I mean no one ever disrespects Leo Castillo, leader of The Red Eagles!", he firmly says his cold eyes glaring down at me. I stay silent completely mute. My body trembling from pure fear scared to say anything that might upset him again. Leo turns his heel walking out of the room locking it from the outside leaving me in shock of what just happened. "What the fuck did I get myself into?" A/N:DO NOT REPRODUCE/COPY ANY TEXT OR MY STORY IN ANYWAY. I WILL TAKE LEGAL ACTIONS IF NECESSARY!

June Williams ha visto desfilar por su casa miles de hombres, ninguno relacionado con ella, todos le pertenecen a su hermana. Pero por alguna extraña razón todos terminan enamorándose de June. Jamás había prestado atención a aquella situación, o le había tomado importancia, hasta que llegó él. El único que no era la regla, el único al que ella había tomado en serio.

Claudia Mori solamente tiene una meta para sobrevivir las vacaciones de invierno: Evitar estar en casa cueste lo que cueste. Así que cuando se encuentra con Lucas Elwood, su primer amor a quien no ha visto desde la preparatoria, no puede resistir juntarse con él - aunque sabe que debería quedarse muy, muy lejos. Lo que Claudia no sabe es que Lucas ya tiene grandes planes para ellos. Y cuando esos incluyen pasar tiempo juntos en la cabaña de su familia en medio de la nada, Claudia no puede decidir si va a ser un completo desastre o las mejores dos semanas de invierno que ha pasado. Sólo una cosa es cierta. El primer amor nunca muere.

sólo queda algo por decir: «que empiece el juego»

Harry Stevens grita peligro en cada poro del cuerpo y no precisamente por las escandalosas cicatrices que lleva en el lado izquierdo de la cara. Es la clase de chico con el que no quieres involucrarte porque sabes, por sobre todas las cosas, que va a destrozarte. Es de la clase de hombre que guarda una cantidad aterradora de secretos lo suficientemente perturbadores como para hacer que quieras huir de él lo antes posible. Es de la clase de hombre que, pese a todo el odio y rencor acumulado que carga sobre los hombros, es capaz de hacerte tocar el cielo con un beso... Sé que no es de fiar. Sé que debo poner cuanta distancia sea posible entre él y yo porque su mundo acabará con el mío si no le pongo un punto final a lo que siento..., pero no puedo hacerlo. No puedo huir de él. No, cuando la oscuridad que vive dentro de él se disipa cuando está a mi alrededor. No, cuando lo amo del modo en el que lo hago... El ángel vino en forma de bestia y vino a salvarme. Quizás... -solo quizás- vino a acabar conmigo. » Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita por parte del autor, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total y/o parcial, adaptación, distribución, en cualquier medio impreso y/o digital de esta obra por cualquier medio o procedimiento. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©. Sam León, 2015.