22:00 p.m. Último metro. Miradas cómplices. Y quedarse con las ganas.

Hay ocasiones en que por mucho que se luche, el instinto es mucho más poderoso. Sucederá tantas veces cómo veces se crucen sus caminos. Son inevitables.

Agoney y Raoul son vecinos. Nota: Son mini-historias sin tener mucho en común unas con otras. Las tres primeras del especial Adviento-Navidad de mi LJ. Pronto más...

Agoney está acostumbrado a saltarse las normas, por ello su vida da un giro al verse obligado a formar parte del equipo del instituto de un deporte con tantas reglas como el baloncesto. ¿Aprenderá a jugar o acabará matando al pequeño capitán del equipo?

Durante el siglo de oro español, un humilde pintor sevillano conquistará los corazones de la corte con su talento, llegando a deslumbrar al propio rey. Historia marcada por las luces y las sombras de una época donde las bajas pasiones y los intereses personales serán el motor. Amor, envidia, sexo y traición serán los protagonistas de esta aventura donde nadie está libre de pecado.

Sólo era un juego. Un juego de seducción en el que los dos ganaban. Aunque, cuando quisieron darse cuenta, ambos estaban perdidos. Puto Alfred de los cojones.

Dicen que aquel que no conoce la historia, está condenado a repetirla. Y, a pesar de eso, Agoney repetiría mil veces esos momentos con Raoul.

Raoul es policía y tiene un bonito uniforme. Agoney es un delincuente juvenil y tiene poca vergüenza.

Con la llegada de un nuevo subinspector a comisaría, la brigada de Homicidios de Malasaña debe enfrentarse a un misterioso asesino que ataca de madrugada y siempre deja... un pañuelo de mariposas. Agoney, el inspector jefe de su brigada, tiene que intentar sobrellevar uno de los peores casos jamás vistos por Madrid mientras intenta que su relación y su propia vida no se vayan a pique. Portada by: @NetiS_11037

En pleno siglo XXI, las almas gemelas se creen muertas. Sin embargo, sólo unos pocos privilegiados tienen el honor de poseer una. Una palabra puede bastar para saber que eres uno de esos privilegiados, aunque haya gente que insista en que sólo son tonterías de niños. La primera palabra que Agoney pronunció fue Raoul. La primera palabra que Raoul pronunció fue Agoney.