- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - EDITANDO - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ¿Y si te quemas, Hell? ¿Qué pasa si te quemas? Hell Capobianco no tiene lo que se diría una vida difícil. Alcohol, sexo, drogas y dinero: esos son los pilares sobre los que se asienta su día a día. Y tampoco hay nada que se lo impida dado que su padre es el mayor narcotraficante de Nueva York y las extorsiones, los intentos de asesinato y las amenazas han ido inculcando en él un fuerte sentimiento de poder y valentía. Pero con el secuestro de Kiara Capaldi, hija del cabecilla de la Familia rival de los Capobianco una inminente guerra está a punto de estallar en los barrios de Nueva York, y mostrándole a Hell, que tal vez, no es tan invencible como cree ser.

Jane Parks lleva desde los 15 años siendo fan de Sweet Downfall, una banda de pop alternativo poco conocida, pero con canciones realmente buenas. Ahora, dos años después, Sweet Downfall ha conseguido más fama y están a punto de sacar su primer disco, mientras su gira por Maryland empieza a finales de mes. Jane tiene su entrada desde hace meses y cuenta los días para por fin verles en directo. Elliot Stratford cansado de la misma mierda comercial se propone encontrar alguna banda con canciones de verdad, donde poder refugiarse y perderse en sus letras, cuando una notificación en su cuenta de Twitter le lleva hasta el perfil de YouTube de la banda Sweet Downfall. Desde ese momento no consigue sacarse de su cabeza todas las canciones de esa desconocida banda y, al enterarse que darán un concierto en su ciudad, no duda en comprarse una entrada para asistir. Un pequeño accidente les unirá, porque ya se sabe que en un concierto todo puede pasar. [Ganadora de los Premios Wattys 2015] [Ganadora de los WOWAwards 2015]

La vida de Dominic Armstrong siempre había sido un tormento. Durante su infancia y adolescencia tuvo muy mala relación con su padre, presenciaba la violencia con frecuencia a causa de su alcoholismo. Regresaba a casa ebrio y lleno de ira, comenzaba a golpear a su esposa sin razón alguna. Dominic intentaba apartarlo y atacarlo de la misma manera, pero su fuerza no era suficiente para detenerlo. Ahora con sus veintiún años de edad, seguía atormentándose por lo ocurrido. Se sentía responsable de que su madre estuviera muerta, si tan sólo hubiera llegado a tiempo ese día... Todo parecía estar perdido. Sin sentido. Sin motivación para seguir. Las únicas sensaciones que estaban en su mente era la injusticia, odio y desprecio hacia la vida. Sin embargo, esta serie de palabras se opacaron cuando se cruzó con una chica en una situación, aparentemente, insignificante. O al menos eso parecía.