Lucas tiene un crush; pero como el mayor crush que alguna vez haya tenido, lo cual es realmente complicado según su mejor amigo Chris. Y es que el chico que acaba de llegar de traslado a su universidad es mono, por decir poco. Con un metro ochenta y largo de altura, ojos azules y pelo castaño, el que parece llamarse Elliot es el chico más educado, amable y lindo que alguna vez haya conocido. Asi que Lucas, siendo quien es, decide poner en marcha todo un plan de conquista - Ya tiene que haberse dado cuenta de que me gusta Chris - ¿Y de donde sacas eso exactamente? - preguntó mi amigo, sus cejas volando hacia arriba en una expresión nada amigable - Porque sentarte CaSuAlMeNtE al lado de alguien treinta y ocho veces, ¡no es nada sutil!

Lucas tiene el cielo en sus ojos. Donde Eliott observa a la única persona que logra acelerar su corazón a ritmos increíbles, a la única persona que logra hacer que ese dulce brillo aparezca en sus ojos sin siquiera intentarlo. Pues es consciente de que aquella persona de baja estatura, tal vez nunca le dedique una simple mirada. Donde Eliott le deja una nota diaria en un post it azul y una goma de mascar sabor a limón al pequeño Lucas. Donde Lucas en sus días con amigos, jamás llega a imaginar que alguien pueda tener sentimientos tan puros y bonitos hacía él, o alguien a quien le provoca diversas emociones y las llamadas mariposas en el estómago.