Keira es como el día: clara y segura. Damon es como la noche: oscuro e incierto. Él cometió un delito, ella forma parte de su condena... Damon jamás imaginó que un castigo podría ser tan dulce y adictivo. ♡ Damon está acusado por portación de drogas y, para salvarse de ir a la cárcel, es obligado a asistir a un centro de rehabilitación. Allí es donde conoce a Keira, su «insoportable» tutora. Ella está allí porque este lugar lleno de «casos perdidos» la acerca más a su fallecido padre. No piensa darse por vencida con Damon, a pesar de que lidiar con él es, al principio, muy difícil. Ambos vienen de mundos muy diferentes, pero se acercan cada vez más y, poco a poco, va naciendo un hermoso y dulce amor. No obstante, hay un enorme secreto que podría destrozarlo todo. [En físico por Editorial Vanadis] [Primer libro de la trilogía Dulces]

Soñadora, carismática y llena de mucho amor e inocencia, pero con una personalidad dominante y explosiva, esa es Avery Huddson, pero su camino da un giro cuando aparece un hombre en su vida cambiando, está por completo. Nicholas Remington, es un multimillonario y joven heredero de las industrias chocolateras más importantes de todo Estados Unidos, el destino los juntará en un restaurante donde Avery conoce a este joven y guapo magnate, donde resulta flechada de él, sin que se dé cuenta de la existencia de ella, pero el destino se encargara de unirlos en una velada donde se conocerán al fin, el destino hará de sus vidas un completo giro inesperado. Como una mala jugada del destino, ella tendrá que luchar con algo de su pasado, ¿El destino juntara sus caminos en una hermosa historia de amor? Descubre en esta hermosa historia, llena de drama, amor, romance, acción y dolor.

En las calles se cuenta una leyenda: Rowdy Willburn no sabe querer porque ya no tiene corazón, es una maldición. * * * Giselle está rota, tiene cicatrices, pesadillas y un pasado que no puede recordar. Sus padres adoptivos le dieron un hogar, pero el fantasma de su hermana muerta le recuerda que nunca será suficiente, que tarde o temprano la abandonarán. A Giselle la lastimaron una y otra vez, no cree que alguien la pueda amar. Su camino de autodestrucción la acerca al peligro, y no hay nada mas peligroso que Rowdy Willburn... O eso es lo que ella cree. * * * LA HISTORIA DEL PROTAGONISTA DE "EL PRÍNCIPE QUE NO TUVO SU FINAL FELIZ" NO ES NECESARIO LEER OTRA HISTORIA PARA ENTENDER ESTA Todos los derechos reservados©

"Y aunque éramos de distintas galaxias, su fuerza de atracción me sacaba de mi órbita". 🚫Novela protegida y registrada. Está totalmente prohibida su reproducción parcial o total. No se aceptan copias, adaptaciones, ni plagios. Usa tu imaginación, amiguito. 🚫

"Sempiterno: una vez empezado, no tiene fin." Este libro es la segunda parte de Etéreo, que está disponible en mi perfil :)

"Etéreo: Intangible, poco definido, sutil y sublime."

SEGUNDA PARTE DE SECUESTRADA CON EL AMOR Scarlett y Tristan Thompson creían tener la vida perfecta, un hijo adolescente con las mejores calificaciones de una de las escuelas privadas más reconocidas, una gran casa, mucho dinero, dueños de diversas empresas en las que fueron invirtiendo al pasar los años en su amoroso matrimonio, una familia feliz la cual había dejado atrás todos los demonios que un día los persiguieron. Pero por más que huyas de ellos siempre vuelven a aparecer, especialmente los de Tristan, los cuales son muchos y poderosos. Le hizo daño a muchas personas en el pasado y la venganza es deliciosa para el que vive rodeado de un infierno. Su hijo Jorge fue secuestrado por la hija de un viejo compañero de trabajo de Tristan, el cual fue asesinado por el mismo, después de que Tristan le arrebatara lo único que tenía a esta chica juró vengarse...La venganza ha llegado, pero viene acompañada con mucho deseo y pasión. ¿El perfecto Jorge caerá en las redes de su secuestradora? ¿Ella podrá cumplir su palabra de vengar la muerte de su padre o el deseo ganará de nuevo esta batalla? La historia de un amor que comenzó con el síndrome de Estocolmo continúa.

Reece Wood no era un chico bueno pero tampoco era cruel. No bebía en exceso pero ello no significaba que no le gustara el alcohol. No fumaba en demasía y tampoco suponía que no le gustara la nicotina. No vivía de mujeres pero, por supuesto, no implicaba que no le gustaran ni un poco. Porque la verdad era que le encantaba. Amaba servirse a sí mismo y darse un par de trago de vez en cuando. Incluso le enloquecía disfrutar de la calentura que cuerpos calientes pudieran brindarle, observar a muchachas hermosas moverse encima suyo, casi de manera frenética. Besarlas y tocarlas le fascinaba de sobremanera. Sentirlas, esa era su adicción. Él solo era un chico más al que le gustaba divertirse cuando la conoció. A Reece, que le importara muy poco cualquiera que no fuera él mismo, de pronto tenía que ver por una chica ridícula e insignificante. Debía enseñar a la burla del instituto, a la diversión y maltrato de muchos, Amy Donovan, a ser alguien como él. Alguien digno y grande, no absurdo y despreciable como ella era. Y no porque quisiera, porque jamás se le hubiera cruzado por la cabeza involucrarse con alguien como ella, con una muchacha que no encajaba con él. Era cuestión de honor. Debía saldar una cuenta con Drake Donovan y esa era la manera de pagarle el inmenso favor que alguna vez le hizo. El problema surgió cuando, de pronto, cuidar de la pequeña e inocente cobriza se volvió casi una necesidad. Ella era su dulce debilidad y su más grande obsesión. QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA NOVELA.

Darren Ford odiaba a Tyler Wiese con todo su ser. Le tenía tanto rencor que la sed de venganza bullía en él casi de manera enfermiza. No era sano, pero lo único que le importaba era culminar su escarmiento. Heriría al enemigo donde más le doliera, su familia. No los golpearía ni mucho menos los mataría, pero sería más que suficiente con corromper a la preciada hermanita de Tyler. Eso haría, tan efectivo que podría saciar su odio con la menor de los Wiese. Enamoraría a la dulce Kendall y se acostaría con ella para luego romperle el corazón. No importaba todo lo que conllevara, jamás sentiría remordimiento por lastimar a aquella castaña que no era culpable de nada. Así, Tyler pagaría y nadie volvería a meterse con el gran Darren Ford. Esa sería su venganza. Tan simple que nada podría fallar, sería ridículo perder en su propio juego. ¿O no? PROTREGIDO CON DERECHOS DE AUTOR, Queda totalmente prohibida la copia y/o adaptación total o parcial de la historia.