Palabras ahogadas en el dolor.

Cardiff ya no era un lugar seguro para vivir, tampoco lo era el resto de Reino Unido y probablemente la situación era similar en el mundo entero. Los humanos se habían convertido en caminantes muertos, zombies, errantes caníbales que han perdido todo aquello que los caracterizaba como humanos. Escapando a duras penas de aquella nueva y devastadora realidad, Prudence y su hermano George vagan solos por la carretera hasta un salvador encuentro con Max quien los conduce a su casa, un pequeño refugio que por un momento los hace olvidar el mundo infestado de errantes. Max les ofrece vivir con él pidiéndoles a cambio tan sólo un poco de compañía, pero entre él y Prudence pronto habrá más que miradas nerviosas. Los tres tendrán que sobrellevar el caos y el peligro, pero no tan solo el que conlleva sobrevivir en un mundo repleto de zombis, también hay "otros" que siguen con vida, ¿pero cuánto de su humanidad también han perdido? ¿Quiénes serán los más fuertes? ¿Los que también se despojan de su humanidad o los que aún mantienen sus principios?

Kayle ha perdido la memoria en un accidente. Al despertar, se entera que su novia ha muerto, que estaba embarazada y que su mejor amigo ha desaparecido; todo en la misma noche de su accidente de auto. Kayle se propone descubrir qué tienen en común estos hechos, pero deberá fingir que aún conserva su memoria intacta. Además de descubrir la verdad tendrá que conocer a quiénes los rodean y a él mismo, más bien a quién era, pues Kayle se ha despojado de todas las cualidades básicas para ser un humano.