El cuerpo de Lola es encontrado sin vida flotando dentro de una piscina. La policía no tiene pistas, y en la autopsia no sale absolutamente nada que pueda ayudarlos a continuar con la investigación. Dos años después, el crimen de Lola se convierte en un mito. Su familia se ha mudado a otra ciudad para intentar sobrellevar el dolor y sus amigos, quienes han tomado caminos totalmente diferentes, intentan que su ausencia se sienta cada vez menos. Pero todo eso cambia cuando todos ellos reciben un e-mail de la mismísima Lola. El mensaje los deja sin aliento y, al mismo tiempo, los obliga a volver a unirse, con un objetivo común: encontrar al asesino de su amiga. Mediante una serie de notas que van encontrando por toda la ciudad, comienzan una investigación bastante peligrosa que los acercará a descifrar el misterio que se esconde detrás de la muerte de Lola... ...Y a descubrir que, en realidad, no conocían tan bien su amiga.

El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad. Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad. Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.