Mío, mi humano.
Si había algo que Min Ho amaba además de vivir solo, era a su gato, un felino que adoptó cuando empezó a vivir solo ya que antes no había podido hacerlo por las alergias de su madre, un felino consentido y caprichoso al que había aprendido a entender aunque no hablasen el mismo idioma, o eso creía él, porque no había...