Los cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. El príncipe encuentra a su princesa y la lleva en su corcel blanco a ver el amanecer por el resto de sus vidas. Pero ¿cuánto dura una vida? ¿Cien años o un día? No tuvo que luchar con dragones ni escalar la torre más alta, él encontró a su princesa en esa cama de hospital. No tenía cabello para arrojarlo por la ventana, solo una enorme sonrisa que le hacía soñar con su final feliz; pero su princesa no duró para vivir con él su «para siempre». ACLARACIÓN: Esta obra es un relato corto compuesto de frases y aforismos. No es una historia narrada por un niño. Todos los derechos reservados©

-¿Tienes pestañas? -preguntó aquella chica que se sentaba en el pupitre de enfrente acercándose a su rostro unos centímetros. El chico, claramente fastidiado, responde secamente a la pregunta que su odiosa compañera le estaba dirigiendo. -Si. La chica, claramente sorprendida, asiente lentamente con la cabeza y creyendo que por fin haría silencio, lo comienza a bombardear con preguntas. -Cuando despiertas, ¿puedes abrir los ojos? ¿puedes ver todo, o simplemente ves una línea? Déjame adivinar: ¿eres chino?, ¿Eres pariente de alguien de apellido Lee, Kim, Chen, Nguyen? ¿Tus padres son muy estrictos? ¿Te metes en problemas si no sacas las mejores notas? ¿Eres bueno jugando tenis de mesa? ¿Cómo hacen para ser todos tan flacos? ¿Puedes decirme qué diferencia hay entre los distintos tipos de asiáticos? -comencé a preguntar todas aquellas dudas que tenía y sabía que me olvidaba de la pregunta estrella, aquella pregunta que siempre me dejaba con la duda. -¿... alguna vez has comido perro? -¡¿Chugul-le?! ☑100% original. ☑ Prohibida su adaptación. ☑ Actualización lenta. ☑ Derechos de Autor.