Es como el verano: ardiente, soleado, brillante y cargado de libertad, pero tarde o temprano, tiene que llegar el invierno.
Sin embargo, Nana siempre tendrá esos recuerdos, y para ella es suficiente.
Es el año 1900 y Anna deberá abandonar la seguridad de su Inglaterra natal para aventurarse en el lejano y deconocido Japón. Emprende aquel viaje guiada por la última y sorpresiva voluntad de su abuela, que sus cenizas sean llevadas al lugar donde descansa el gran amor de su vida.
El viaje de la joven no sólo le revelará el pasado de su abuela sino que la enfrentará a su propio futuro cuando conozca a Takeshi Izumi.
Y en el país más exótico se encontrará a sí misma.