Adiebri16
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Remus disfrutaba la tranquilidad de la noche leyendo cuando el timbre sonó. Dudó un momento qué debía hacer, desde la muerte de James y Lily, y todo lo que ésta conllevó, no había recibido ni una sola visita inesperada.
Abrió la puerta, solo para ver a un gran perro negro y peludo, que le resultaba inmensamente familiar, sentado sobre el felpudo de la entrada.