Prólogo Un rayo de luz entra a la alcoba entre dos espesas y enormes cortinas azabaches, el pequeño destello de claridad dorada avanza entre los enseres; algunos de caoba y otros de cristal, hasta llegar a los pies de un sofá estilo chesterfield rojo. Un hermoso hombre de tez aperlada descansa plácidamente sobre él, porta un conjunto de lino verde olivo haciendo contraste con su cabello rubio platinado y ojos celestes. "Christine...regresa a mí", piensa el joven mientras roza sus labios contra una gargantilla de esmeraldas, prenda que tiempo atrás perteneció al gran amor de su vida. Ella le fue arrebatada injustamente de su lado. Y él fue condenado a vagar en las tinieblas, guardando el recuerdo de quien fue su adoración, por la eternidad. Pero, aquella centella de luz al tocar su piel, lo despierta de sobresalto y su corazón experimenta una presión potente que le quita el aliento, siente la llamada de aquel ser que iluminó su solitaria existencia... ¡ella había regresado una vez más por él!