La Ciencia del Amor
Cuando la señorita Bridgerton decidió publicar aquel Whistledown, creyó estar actuando conforme a sus convicciones. Sin embargo, no fue sino hasta que llegó a la casa de un viudo reciente, acompañado de dos traviesos niños, que realmente tuvo la oportunidad de reflexionar. Por primera vez, nadie le dictaba qué debía h...