Lady engaños, engañada. Era algo que muchos estarían esperando y no era para menos, la famosa mujer de Londres quién se había liberado de la carga de ser hija de nobles, era considerada una belleza extraña que provocaba a los hombres intentar ir tras ella a pesar de que la joven mujer los mandara a volar con el chasquido de sus dedos. Sophia Pemberton tenía sus propios ideales, no odiaba el amor, pero no era su prioridad en la vida ¡Ni qué decir de tener hijos! No, para ella 1903 era un año de renovación de búsqueda de nuevos horizontes y luchas por lo que era justo a su ver. Pero lady engaños, cayó en una trampa y de quién menos se esperaba. Se enamoró de la persona equivocada y por esa misma razón tendría que perseguir a un hombre para rogarle que se casara lo antes posible con ella. Y no cualquier hombre, sino un duque al que todos clasificaban como un monstruo, un ermitaño apuesto que tenía una cara permanente de repulsión. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Todo estaba mal, simplemente era imperdonable que hubiese hecho lo que hizo, ahora estaba perdida, no había solución alguna... ¿Qué le diría a sus padres? ¿Debía decirle a él? Fue una tonta, no entendía como pudo caer en ese tipo de enredos, lo peor, era que ni siquiera lo recordaba. Micaela estaba en graves problemas, jamás se sintió tan estresada en su vida, creía que moriría y, de hecho, incluso le parecía una buena salida, a excepción por la parte en la que mataría a alguien junto con ella. ¿Qué debía hacer? Sobre todo porque el hombre que fuese el padre de su hijo no hacía más que mirarla con un aparente y permanente dolor de cabeza. Micaela lo entendía, a ella no le paraba la boca, sobre todo cuando estaba él cerca. Pero cuando le dijo a ese hombre que estaba embarazada por una noche de la cual ninguno se acordaba del todo, Matteo Rinaldi le confesó su más grande secreto y el motivo de su divorcio en el pasado: él no podía tener hijos. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Terry había llegado a Japón por petición de su padre, a quien solía darle la contraria por el simple gusto de hacerlo, sabía que él esperaba que aprendiera algo de esas tierras, pero Terry sólo había aceptado por el hecho de poder viajar sin tener la presión de su madre, padre o hermanos. Jamás se esperó que se enamoraría y que de ahí, lo único que obtendría serían problemas, quizá aprendió una lección yendo a Japón, pero no estaba seguro si sabría aplicarlo en su vida. La traición de una mujer podía dejar una marca dolorosa. Era clasificado como un completo desafío, con una sonrisa tenebrosa y problemática que derretía a las mujeres y hacía temblar a los hombres. Pero existía alguien que sabía bien lo que era el dolor, el sufrir y el temer constantemente por su vida. Una mujer que pese a todo, tenía una sonrisa radiante y una tenacidad imposible, ya que ella tenía un objetivo: matar a su padre. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Beth era diferente a sus padres, aunque se esperara de ella el espíritu aventurero y la bravura de ellos, la joven Aigrefeuille era dulce, era tierna y tranquila. Pero eso no significaba que era débil, por mucho que quisieran pensar eso, ella tenía su carácter y, aunque no solía sacarlo todo el tiempo, estaba dispuesta a lo que fuera con tal de que lo que amaba estuviera a salvo. Había tomado una decisión con el corazón, definitivamente no lo volvería hacer, había sido el peor error de su vida, aunque eso la hubiese convertido en una princesa, no le había asegurado la felicidad, de hecho, todo lo contrario. Pero había jurado que jamás volverían a verle la cara como aquella primera vez. El ser engañada por su marido en sus narices, el estar embarazada, el tener que permanecer ahí y el aparente cambio de su marido hacia ella, comenzaban a volverla loca, ¿caería en la venganza? O se dejaría llevar por el amor que sintió alguna vez... ojalá pudiese irse. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Era clasificada como "El Ángel de Londres", tenía sentido y mucha razón la sociedad al apodarla de esa manera. A pesar de ser una Bermont, Annabella tenía el carácter más dulce, más dócil y tierno que nadie hubiese visto en la tierra. Era el deseo de cualquier hombre y ninguna mujer podría tenerle celos, porque la joven tendía la mano a cualquier persona. Sus primas solían decirle que esa inocencia la llevaría a un duro despertar, pero Annabella quería sentirse en esa nube, deseaba pensar que su vida sería una historia llena de amor, de aventuras, de un hombre que se enamoraría perdidamente de ella y viceversa. De hecho, creía haberlo encontrado, ya en ocasiones lo había visto, más que nada junto a los esposos de sus primas. Era un hombre rudo, hosco, muchas veces mencionado como alguien de temer. Tenía un temple y unos nervios de acero, prácticamente era un hombre salido de una historia y Annabella se enamoró de él casi en seguida. Pero era malo, no por nada se le llamaba "El Hombre Siniestro", se debía tener cuidado con él, todos lo sabían y nadie incumplía la norma de no acercarse al caballero a menos que él se los pidiera. Tenía un secreto, uno que le haría temblar las piernas a cualquiera; tenía poder, uno que adquirió por su cuenta; incluso el mismo Rey no se atrevería a darle la contraria a Thomas Hamilton. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

**(Para poder leer completa la historia se deberá seguir mi perfil accesibilidad privada)** ¿Quiénes son estos renombrados chicos? ¿En realidad son tan escandalosos como se dice? La sociedad de Londres siempre ha albergado todo tipo de personas, mas nunca tan variada estirpe de personas con títulos meramente nobiliarios. Posiblemente "Los Bermont" fueran la familia más renombrada entre las bocas de la sociedad. Y no siempre con cosas buenas que decir. La familia era... singular, por decirlo de alguna manera, extravagante, podría ser otra, y sobre todo, se debatían los problemas. Además de ser causantes de la mitad y cómplice del resto, los chicos que viven en Bermont no pueden dejar de ser notados, además de desastrosos eran una beldad latente y unos buenos partidos, dentro de lo que cabía. Acompaña en esta historia a nuestros queridos personajes, en lo que será el inicio de una vida estrafalaria y llena de situaciones divertidas, penosas, tristes y claro, amorosas. SE PROHÍBE LA COPIA TOTAL O PARCIAL DE ESTA OBRA SIN EL CONSENTIMIENTO POR ESCRITO DEL AUTOR. OBRA DE MI AUTORÍA TOTALITARIA REGISTRADA BAJO EL CÓDIGO 1703131114071 SI SE INCUMPLE, SE TOMARAN LAS DEBIDAS ACCIONES LEGALES. AYUDEMOS A FOMENTAR LA ORIGINALIDAD ¡DIGAN NO AL PLAGIO!

Por mucho tiempo pensó que el amor no estaba destinado para formar parte de su vida. Incluso cuando creyó haberlo encontrado, el hombre predilecto falleció en medio de una guerra. Estaba desolada, y más qué por la pérdida, por las esperanzas marchitas. Simplemente no podía concebir su suerte. Marinett era una mujer hermosa, nadie podría negarlo, pero tenía un carácter difícil. Aunque callada y prudente, podía llegar a ser mucho más enfadosa de lo que eran Elizabeth y Katherine juntas; porque ella no toleraba, le gustaban las cosas a su manera, cuando ella lo dijera y si alguien intentaba imponerle un matrimonio, como lo hizo su padre, sería ella quién tomaría el mando de la situación y se lo pediría a alguien más. De hecho, fue lo que hizo, fue con el hombre que la fastidió desde el momento en el que lo conoció, aquel conocido mujeriego que jugaba con las mujeres a placer, pero que resultaba ser el único que podría aceptar una locura como la que le proponía. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Calder Hillenburg es reconocido por odiar a su familia más directa. No es un misterio que el nuevo duque de Bermont gusta en hacer la vida imposible a todo cuanto haya sido considerado en algún momento parte de su actual título. Con su repentina llegada a Londres, los ciudadanos ya le habían adjudicado mil personalidades a su pésima, pero, lo que más llamaba la atención del nuevo duque, era su mirada, aquellos ojos ámbar, semejantes al mismo infierno. Muchos decían que, por lo menos, era hijo del mismo. Era una lástima que una hermosa y desafortunada jovencita se viera en la necesidad de pedirle el favor que Calder en algún momento le dijo que le pediría: casarse con él. Blake Collingwood, hija de Los duques de Wellington, se había metido en problemas y la única solución parecía ser casarse con el enemigo de su familia, quien disfrutaría sobre todas las cosas aquel dolor y la haría pagar con creces el no haber aceptado su proposición en el pasado. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

El marqués que asumió sus responsabilidades antes de tiempo. Ese era William. El hombre que tuvo que perseguir a sus hermanas por cielo y tierra para que no deshonraran a la familia. Para ese momento, lo único que él quería era llevar su puesto político en paz, lejos de mujeres, lejos de problemas, lejos de todo lo que figurara perseguir a una persona para que no hiciera locuras. No necesitaba esposa, no de momento. Importaban poco los herederos, el estatus, o lo que fuese que su madre y hermana argumentaran para convencerlo. De hecho, intentaron hacerlo dudar con la boda de una de sus mejores amigas, la mujer que todos decían: era perfecta para él. Sin embargo, William le deseaba felicidad, qué se casará y tuviera los hijos, que se fuera con él y fuera feliz. De lo que sí no se podría librar era de presenciar la boda, tendría que dejar todos sus cargos con tal de ver a Alice casándose con otro, esperando que en esa ocasión esa pobre chica llena de inseguridades y timidez, al fin lograra su objetivo y se casara. Era una buena mujer, quizá demasiado callada y un tanto invisible para su gusto, pero era buena, siempre supo que estuvo enamorada de él, pero ahora se casaba y eso era lo mejor... debía serlo. Sobre todo cuando unas misteriosas cartas comenzaron a llegarle mencionando que se trataba de "una ayuda". [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

El mayor de todos los primos de Bermont. Gregory fue el primero en casarse y lo hizo completamente enamorado de su mujer quien fuera el amor de su vida desde una temprana edad. Apenas hubo contraído nupcias, el hombre se mudó a su tierra natal, llevándose consigo a su familia y, por consiguiente, viendo poco con la que creció en Londres. Todo era perfecto para un hombre como él: con principios, con honor, con bondad en su corazón. Y cuando su hermano llegó a Irlanda, no pudo pensar en nada mejor. Eso hasta que su vida que él creía perfecta comenzó a derrumbarse. Su mujer fue una de sus grandes decepciones, dejándolo en soledad con tres niñas pequeñas, con la desolación de un abandono, el odio hacia la persona culpable, el rencor hacia sí mismo por no darse cuenta de sus errores. Se sumió en la depresión, en el alcohol, desatendió todo y a todos. Su carácter se convirtió en un voluble asenso entre la locura y la ira. Era incontenible incluso para su madre, hermano o cuñada. Sin embargo, nadie se daba por vencido con él, por mucho que lo mereciera, nadie lo hizo y fue la razón por la cual conoció a esa loca señorita. Porque no había otra manera de llamarla. Desde que lo conoció le dijo que lo había visto "en un sueño" lo que fuera que eso significaba, y desde ahí, jamás quiso irse de su lado, lo cual le era insoportable. ¿Quién se creía ella para invadir su nueva vida de dolor? [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]