Lista de lectura de Rolasvalenz
2 stories
MIERDA,  ME ENAMORE DE TI by EzsmeRaldaDominguez
EzsmeRaldaDominguez
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se conocieron desde niños. No como amigos de la infancia, sino como vecinos que se toleraban a distancia. la suya no fue amistad de juegos compartidos ni risas inocentes; fue más bien una guerra fría de miradas cruzadas y palabras afiladas. Eran diferentes, y eso siempre fue evidente. El fingía ser rebelde, pero era solo un acto. Peleaba, aunque no supiera como, ganaba aunque siempre saliera herido. Se inventaba historias para atraer a los demás, coleccionando amistades vacías que aplaudían sus farsas. Era una máscara con patas, un chico que gritaba en silencio por atención, sin que nadie notara la grieta en su sonrisa. Ahora, el mundo le exige madurar: crecer, enamorarse, odiar de verdad... o aprender, por fin, a estar solo sin sentirse vacío. Ella, en cambio, era libre. Libre como el viento que no se deja atrapar. Ni su madre podía frenarla. Probaba de todo, lo hacía bien, y luego se aburria; no porque fallara, sino porque nada lograba retenerla. Era autentica, sin filtros, sin mascaras. Vivía sin necesitar ser vista. Y eso, precisamente eso, era lo que más lo desconcentraba a él. no era la diferencia entre ellos lo que lo perturbaba... Era su autenticidad. Su forma de ser sin esconderse, sin maquillarse el alma. Porque, en el fondo, él nunca supo ser real. Justo cuando creyeron que ya lo sabían todo el uno del otro, la vida les cambio el juego.
EL CALLEJÓN INCOLORO by EzsmeRaldaDominguez
EzsmeRaldaDominguez
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Vuelves a casa tras un día que parecía ordinario. La noche es espesa, el aire frío, y la ciudad guarda un silencio que incomoda. Entonces lo ves: un callejón estrecho, donde antes solo había pared. Un callejón que no estaba ahí esta mañana. Al fondo, parpadea el letrero de un bar de nombre inquietante: El Callejón Incoloro. Jamás lo habías visto. Jamás habías oído hablar de él. Y, sin embargo, parece esperarte. Dicen que quienes cruzan ese umbral se pierden para siempre. Que sus nombres se desvanecen y sus rostros se olvidan. Pero dentro, el dueño -una figura sombría de mirada implacable- conoce la verdad de cada historia. Y esa verdad, tarde o temprano, se cobra su precio. Aquí no hay salidas. Solo pactos. Solo destinos sellados en la penumbra del Callejón Incoloro.