Barcelona, 1922. Natalia pertenece a la clase alta de la ciudad. Conocida por todos, ansiada por muchos, rehuye de su propio estatus. Alba acaba de llegar a la ciudad, dejando atrás su antigua vida y esperando encontrar una nueva en la que consiga cumplir sus sueños. Una quiso acercarse al sol sin quemarse, y la otra, descubrir la cara oculta de la luna.

No sé como hablarte. Tengo la necesidad de conocerte. Pero me faltan las palabras, ojalá me sobraran. No es bueno mirarte, pero ya se ha convertido en rutina y de alguna forma es lo que me hace seguir adelante con el día. Te juro que me haces sentir viva, más viva de lo que jamas hubiera deseado.

Era profesora de arte, y en efecto me parecía que sus pestañas enmarcaban el mejor cuadro de todos.

Dos mundos rivales a punto de colisionar. Uno oscuro, imponente e implacable. Otro lleno de luz, justicia y valentía. ¿Pueden las almas más oscuras brillar con la luz adecuada? ¿Es la luz tan clara como parece o hay destellos de oscuridad en ella? ¿Que es más fuerte: el odio, el amor o una obsesión? ¿Quién desenmascará primero a quién en este peligroso juego de persecución? Descúbrelo.

Del odio al amor hay un paso, o un asesinato.

Lara, una chica irreverente es enviada a un remoto lugar en México. Si de por sí es horrible estar aquí lejos de la tecnología y de las cosas que conoce; para empeorarlo se topa con Ana, una molesta rubia hija del pastor del pueblo. La línea entre el amor y el odio es muy delgada. Cosa que Lara y Ana conocerán a muy temprana edad. **CONTENIDO PROTEGIDO POR SAFE CREATIVE**

Alba Reche sacaba la lengua cuando estaba concentrada, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche tenía las pestañas tan largas que le rozaban los párpados cuando tenía los ojos abiertos, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche tenía una constelación de lunares dibujada en su cuello, y yo me la quería comer a besos. Alba Reche se empeña en ignorarme, en no dejarme entrar en su vida. Pero yo, que me la quiero comer a besos, sabía que nuestros caminos tenían que cruzarse. Y lo hicieron.

Yo era un polo: fría sin motivo alguno, distante, con un corazón cerrado, protegiendo los pocos pedazos que me quedaban, y ella, con apenas un roce de su mano, me enseñó porqué un volcán explota, porqué mueren las flores en otoño.

Ya nada ansío Nada mi cabeza logra ya levantar nuevo y hermoso cuando quiero vivir pienso en la muerte y cuando quiero ver... cierro los ojos M.M.