En la mente de Paulina siempre a estado el engaño presente, de que todo lo que ella consideraba su vida es una ilusión que desaparece cuando crece. La relación de sus padres no es perfecta, se desvaneció. Su hermana mayor no es tan valiente como ella pensaba, en su mente estaba totalmente idealizada. Lo único que puede considerar real es la relación con sus amigos y las extensas paredes del internado donde vive... Hasta ahora. Adrián desde que creció a llevado su vida como un juego constante que tiene de alguna manera u otra sacarle frutos. Para ello tiene que ser inteligente, fuerte, astuto y puede que también ser un completo mentiroso. Todos sus objetivos los alcanza a como de lugar, no importa si ella está incluida. Ambos son mejores amigos desde que tienen uso de razón pero nada es para siempre y puede que todo cambie cuando él le pregunté: ¿Jugamos a ser novios?