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Nunca esperas nada de alguien como ella, la clave es mirar más alla de los prejuicios sociales.

Taylor, un joven investigador de fenómenos paranormales, recorre la carretera a lomos de su destartalada furgoneta: busca pruebas psicofónicas en escenarios donde se hayan producido hechos violentos. El protagonista, pretende escribir una tesis doctoral: "LMH: Los Muertos Hablan". En su viaje a ninguna parte, vivirá una serie de experiencias y fenómenos extraordinarios, todo parecerá irse al traste, pero una gran revelación que cambiará definitivamente la percepción de las cosas y la historia tomará un rumbo inesperado. Nota: Este es un relato de ficción, aunque algunos de los sucesos, los más terribles, ocurrieron realmente, al final de la novela aportaré las pruebas de ello. A no ser que fuerzas oscuras lo impidan, iré publicando un nuevo capítulo cada domingo.

El otro lado de la historia la donante, narrada por Armen Regan, un vampiro que está cansado de su existencia y que sin embargo, se encontrada en una encrucijada, entre proteger a una simple humana o salvar a los suyos.

Él era un idiota en toda la extensión de la palabra. A veces parecía que tenía un letrero de luces de neón que leía "idiota aquí". Mis amigas, que no eran muchas, y mi madre opinaban lo mismo que yo, bueno mi madre no tanto pero ella ya no estaba. Heima y Raylie decían que lo superara de una maldita vez, que él me traía a su antojo y yo como si no me hiciera nada. Que no me atara y que buscara otro que me valore. Rouse, Estefanía y Jeral decían que yo le gustaba sólo que tenía miedo de admitirlo ya que era emocionalmente cerrado y por eso me estaba perdiendo y eso lo hacía muy idiota. Mamá solía reírse de mis quejas, me acariciaba el cabello y decía que sólo lo besara y ya, que si le gustaba él me iba a volver a besar, y si no le gustaba pues él se lo perdía. Y mi única solución a eso siempre era, y creo que siempre será: me gusta el idiota