Ethan Brooks siempre soñó con destacar en el hockey, su pasión y su pase para un futuro mejor. Al ingresar a la universidad las exigencias académicas para mantener su beca son brutales, su rendimiento en el equipo no es tan impresionante como esperaba, y cada día se siente más lejos de alcanzar sus metas. Mientras Ethan intenta equilibrar sus responsabilidades, lucha contra los demonios internos que lo persiguen desde hace años. Como si no fuera suficiente, el regreso de Blake Anderson lo desestabiliza por completo. Blake, tan arrogante como siempre, es la última persona que Ethan quería volver a ver. Con su habilidad impecable en el hielo y su presencia imponente, parece decidido a hacerle la vida imposible. Ambos chocan una y otra vez, miradas cruzadas en el vestuario, tensos enfrentamientos en el hielo y peleas constantes fuera de la pista. Ethan siente que no puede más y deberá enfrentarse a sí mismo, a su pasado y, sobre todo a Blake, mientras descubre que las batallas más difíciles no siempre se ganan en el hielo.

¿Qué es lo peor que podía pasarle a la pobre Mara después de reencontrarse con el que fue el amor de su infancia ocho años después de la última vez que lo vio? Ah, sí. Que siguiera sintiendo cosas por él... y se negara a asumirlo por ser una testaruda. Suerte que Aiden era todavía más testarudo que ella.