Bitácora de recuerdos.
Llevo horas recordando el momento en que lo vi cruzar por primera vez el umbral de la puerta. Sucesos así de simples cambian a veces el rumbo de mil historias. Son las seis y veinticuatro de un día domingo, parece que ha pasado tanto desde entonces. La brisa del mar me golpea suavemente la cara, puedo saborear la sal...
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