Un Café para el Evangelista
Pensar está prohibido en el reino, así como lo está el beber café. El rey sabe que, si la gente tuviese ideas, no tardaría en levantarse en su contra. Un evangelista se dedica a escribir y leer para los que no pueden hacerlo, y su trabajo es indispensable para la estabilidad del reino. Cuando uno de ellos entra por pr...