Querido ángel.
200 años. 200 años y nunca me había topado con algo así. Hago una mueca de exasperación en tanto mis pies se hunden en las sombras que habitan en la mente de este Adin. Mis alas se hacen notar cuando brillan en un tono amarillo chillón, que ilumina mi camino. ¿Cómo es posible que un humano t...