•Adfectus Superi•
Ni hablar, era un hecho. Los análisis que efectuó en su propio cuerpo determinaron que estaba produciendo hormonas muy similares a las del enamoramiento humano. Era bastante vergonzoso que el grandioso Zim se hubiera fijado en ese parásito, pero le daría el honor de ser el único estúpido humano que podría llegar a ser...