Bésame.
Y, sus finos labios se posaron sobre lo míos; mientras una sensación de plenitud inundó mi ser. Sus labios fundidos con los míos, su piel sobre mi piel; ambos envueltos en un vaivén lento que parecía consumir cada centímetro. Sólo bastó un roce lento, que se convirtió en la más delicada caricia que mi alma alojó. En...