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2 stories
Si las personas fueran constelaciones [✔] | 1.0 by flormsalvador
flormsalvador
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Aidan tenía una vida perfecta, hasta que descubre que su familia le oculta un terrible secreto. *** La vida de Aidan marchaba de maravilla; sacaba las mejores notas, salía con la chica que le gustaba, su madre era la mejor y sus abuelos lo amaban. Cuando descubre que toda su vida se construyó sobre una mentira, su mundo se desploma como un castillo de naipes. Su madre le mintió y su abuelo, la persona que él pensaba que era, está muy lejos de serlo. En medio de todo ese torbellino, Aidan descubrirá que uniendo los puntos buenos y los malos puede brillar como las constelaciones del cielo y que del caos pueden surgir cosas espectaculares. LIBRO I [HISTORIA INDEPENDIENTE, NO SE NECESITA LEER LA SAGA "EL BOULEVARD"]
Instituto para Sumisas ©️🔞 by elizParker
elizParker
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-Con esta ya es la décima chica secuestrada en la ciudad -comentó Diego. -¿Qué harán con ellas? Digo, tantas mujeres... -dijo Dalia, inquieta. -Lo único que yo sé es que... qué bueno que soy macho -respondió alguien con una sonrisa burlona. Sonreí ante aquel comentario. -¿Y tú, Lari? ¿Qué opinas? -¿Yo...? -Sí, tú. ¿Estás muy despistada? ¿En qué piensas? -En nada... Bueno, ¿irán a la fiesta de hoy? -No sé, la verdad dudo que me dejen. Y menos si voy sola -contestó Karen. -Yo iré un rato -dijo Diego-. Sólo para acompañar a Larissa. -¿A mí? Yo no necesito que me acompañes. -aun así lo haré. Y ya, hay que irnos a clases o nos van a castigar. 12:30 p.m. -¡Lari, ya son pasadas las doce! ¿No crees que es hora de irnos? -gritó Diego para que lo escuchara entre la música. -¡No, aún es muy temprano! -respondí sin dejar de bailar. Yo seguía moviéndome al ritmo de la música. -¡Bueno, como quieras! ¡Yo ya me voy, nos vemos en la escuela! -me gritó, alejándose hasta perderse entre la multitud. 3:33 a.m. Salí del club caminando sin tacones y, admitámoslo, un poco embriagada. Caminaba por las calles, ya que mi casa no quedaba tan lejos del club y la madrugada estaba agradable. -Mariana, cuenta uno... Mariana, cuenta uno... -empecé a cantar sin sentido. Fue entonces cuando una camioneta negra se detuvo bruscamente frente a mí. Me quedé paralizada; mis piernas no respondían. De la camioneta salieron dos hombres vestidos completamente de negro, con máscaras extrañas. Intenté gritar, pero uno de ellos tapó mi boca y cubrió mi nariz con un trapo blanco húmedo. El otro me tomó por las piernas mientras yo pataleaba con fuerza. introspectivo -¡Carajo, tómala bien! -gruñó el que me sujetaba. Seguía luchando cuando un tercer hombre bajó de la camioneta Eso fue lo último que vi antes de sentir la inyección en el cuello. Después... oscuridad.