- Yo Ryan White, Primogénito y futuro alfa de la manada BlockWhite, te Rechazo a TI Hanna Moon como mi compañera de vida destinada por la Diosa, como mi mate y luna de mi manada. Una opresión se hace presente en mi pecho ante su Rechazo de manera pública, coloco una mano en mi pecho y el dolor si intensifica, cierro los ojos fuertemente y dejo que una lagrima (a ultima) salga. - Yo Hanna Moon, acepto el rechazo de Ryan White, Primogenito y futuro alfa de la manada BlackWhite como su compañera de vida destinada por la Diosa, como tu mate y luna de tu manada. Historia registrada en Save Creative: Código de registro 1911232544141 Fecha de registro 23-nov-2019 19:15 UTC Crédito de portada a: @MelDesing *Todos Los Derechos Reservados* Prohibido la Copia, Adaptación o Continuación a parte de esta historia... Los derechos morales y patrimoniales sobre la obra pertenecen a la autora *Mel_Urdaneta* que la creo.

Desde mis 9 años he vivido en un lugar regido por los hombres lobo, los humanos no son bien recibidos en el y su vida consta de maltratos y abusos. Mi madre adoptiva es mitad cambia forma y con su mate nos llevaron a ese lugar, sin tener en cuenta todo lo que conlleva vivir ahí. Para la mayorías los cambia-formas, nosotros, los humanos, somos escoria, basura, algo inservible en este mundo. Pero detrás de cada burla o insulto hay alguien y en este caso es; Damon Steve, beta de la manada luna creciente, para ser más específicos; mi demonio personal. Desde que Llegue a ese lugar mi vida fue una rutina constante. Los golpes, la humillación, su abuso... Todo siempre fue igual. Y siempre las mismas palabras. 1° no nos mires 2° no nos toques 3°no nos hables Estas "reglas" fueron creadas con el fin de que las escorias como yo no nos acercarnos a seres superiores como los cambia-formas. Siempre creí que eran reglas estúpidas, pero cuando el tiempo paso y los golpes eran cada vez más fuertes decide acatarlas. Y poco a poco me convertí en una persona asustadiza, no le hablaba a nadie, me volví solitaria y aquel brillo que tenía en mis ojos desapareció sin dejar rastro,como si jamás hubiera existido. Hasta que llego él, derrumbando cada muro que había construido, adentrándose en mí, sin dejarme escapar de aquella oscura realidad. Yo era la mate de uno de ellos. Y no de cualquiera. Del rey.