PMVS1984
Sus ojos morados, con la llama ardiente de la furia avivada en estos, se centran en los ojos del soldado. -No debiste hacer eso... -el soldado se queja de dolor ante la inmovilidad, pero sus gritos llenan la habitación cuando su brazo se comienza a oscurecer llenándose de fracturas moradas.
- ¡Steve, para! -se lamentó de lo que había hecho, pero no era la primera vez que el rubio lo rechazaba. - ¡Por favor! -pero el rubio no escuchaba razones. Sus gritos aumentaron cuando sintió cómo la carne se separaba de su cuerpo. Su brazo estaba siendo arrancado y cada musculo de este se retorcía en espasmos. Los huesos se fracturaron y, pronto, también se separaron unos de otros.
El brazo cayó al suelo, viéndose negro con grietas moradas, mientras que el soldado veía con terror lo que sus acciones habían causado.